No tengas miedo a abrirte al amor

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No tengas miedo a abrirte al amor.
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Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Mariana Peña

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03-05-2011

Con mucha frecuencia escucho discursos relacionados con el temor a la soledad. Ni duda cabe que es un miedo existencial: es decir, todos nosotros, estamos separados de los demás en estricto sentido, y esta separación nos lleva a sentir la necesidad de compartir nuestro mundo interno con los otros. Cuando logramos comunicarnos y sentirnos tocados por el otro, superamos ese temor a la soledad.

 

La soledad no tiene que ver con vivir en compañía o con estar en compañía. Hay familias de personas desoladas muy bien organizadas. Hay parejas que están lejísimos uno del otro aunque vivan juntos. El sentirse desolado tiene que ver con no estar abiertos al amor.

 

 

La sociedad moderna, que es consumista por excelencia, ha desarrollado estrategias para evadir el sentimiento de aislamiento que al invadirnos, puede entristecernos, preocuparnos y hacer que nos sintamos abrumados.

 

Así, nos invade e intenta convencernos de que si pesamos tantos kilogramos, o conducimos determinado automóvil, o usamos cierta crema en nuestro rostro, seremos más queridos y ya no nos sentiremos solos. Es una de las mentiras más grandes que existen.

 



La respuesta no está en el consumo. Tampoco en el éxito. Hacer una carrera desenfrenada por tener dinero o posesiones que nos hagan sentir menos solos no es el camino. Incluso puede ser contraproducente. Invertir en lo superfluo tampoco ayuda. De hecho el vacío existencial suele surgir como consecuencia de estar viviendo hacia “afuera”, es decir, pretendiendo alcanzar el aprecio de los demás a través de nuestros logros profesionales o económicos.



Esto no significa que no sea prioritario obtener los recursos económicos indispensables para alcanzar un nivel de vida digno, o que no procuremos ser mejores en nuestro trabajo día con día: lo esencial es distinguir mis motivaciones, y tener clara conciencia del para qué de mis acciones: es decir del sentido de cada uno de mis actos.

 



Superar el aislamiento existencial es posible sólo a través de la comunicación abierta y profunda con el otro. Y debemos saber que se supera por instantes y luego regresamos a estar solos, con nosotros mismos, que no desolados: que es estar sin nosotros mismos.

 

Tenerte a ti mismo significa estar en paz con tu conciencia. Actuar de tal modo que sientas un orgullo interno de haber hecho lo correcto. Para esto necesitamos tiempos de soledad para poder analizar nuestras acciones y decidir cómo deseamos ser y vivir.

Ser primero tu amiga, cuidar de ti, conocer tus necesidades y hacerte responsable de ti misma es prioritario. Pero también, y al mismo tiempo, abrirte al amor. ¿Cómo?

 



Creo que la única manera es intentar estar con quién estoy en ese momento preciso. Sí estoy con mi amiga tomando café, no debo distraerme, debo concentrarme en su conversación, escucharla y también compartir mis pensamientos y mis sentimientos. No olvidemos que no compartir mi mundo interno me aleja de los otros. Y también expresarle mi amor, mi gusto y agradecimiento por estar con ella.



Y así, con cada persona que me encuentro. Sí vivo con otras personas intentar estar, de verdad estar, en cuerpo y alma con los otros. Puede ayudar mucho el abrazar al otro. Un abrazo cura, calma, nutre.

 

Abrirse al amor es una decisión. No confundamos el hecho de no tener pareja con el de no estar abiertos a dar y a recibir el amor de los otros. No creamos que sí no tenemos una familia perfecta no merecemos el amor. No te equivoques pensando que si viviste una infancia dolorosa o una o más experiencias difíciles en tu vida no eres digno de amor. Así como sí no tenemos una extraordinaria posición económica o una abrumadora belleza.

 



Abrirse al amor es reconocer que quiero ser amada. Es reconocer que necesito del cariño de los demás. Es reconocer que sentir la compañía y la cercanía de quiénes me quieren es el alimento más importante para el alma.



Vivir no es tener logros todo el tiempo. Vivir es sentir. Y sentir amor depende de nosotros. Libérate del miedo a ser vulnerable, amar es arriesgarse a ser lastimado, amar es reconocer que necesito amor, amar es exponerse con el otro, pero de no hacerlo, corremos el más terrible riesgo: el de estar muertos en vida.

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