Dragonfly es una nueva droga usada por jóvenes

Las autoridades del Distrito Federal están en alerta por la posible llegada de una nueva droga de diseño, que actualmente se encuentra en efervescencia en Europa, sobre todo en Inglaterra, y es conocida como Dragonfly (Libélula).

El compuesto químico Brolamfetamina (DOB), también conocido en las calles como Bromo Dragonfly, tiene una demanda cada vez mayor entre los jóvenes anglosajones.

Por esta nueva droga, a decir de Marcela López Cabrera, directora general del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones en la Ciudad de México (IAPA), ya existen usuarios en tratamiento en la Ciudad de México, aunque no hay evidencia de su distribución ilegal en la capital.

“El DOB o kationes sintéticos son un polvo que semeja los efectos de la cocaína, de las anfetaminas y del MDMA (metilendioximentanfetamina), que es la ketamina. Hemos visto videos en donde jirafas o elefantes comen hojas y se enloquecen, esa es ketamina natural, entonces hacen kationes sintéticos, ya se conoce la fórmula química y hay expertos sin ética que diseñan estas estructuras”, detalló López Cabrera en entrevista con Excélsior.

También conocido como 2C-B-FLY, llamado así por su estructura química parecida a una mosca (tiene dos anillos heterocíclicos con un oxígeno cada uno, pegados al esqueleto original de la 2C-B). Por ejemplo, explicó un químico farmacobiólogo que pidió el anonimato, existe la 2C-B-FLY y también la 2C-B-DragonFLY, o la Bromo-Dragonfly (Libélula, que lleva a su vez un tercer carbón que la convierte en anfetamina).

“La diferencia es que existe un doble enlace en los grupos heterocíclicos (cuando el nombre lleva el grupo Dragon), pero eso hace que no sea la misma molécula y que sus diferencias puedan ser abismales”, explicó.

"Hasta el momento", agregó el especialista, "existen pocos informes de su uso en humanos; sin embargo, hay testigos que dijeron a través de las redes sociales que una compra de entre 100 y 800 microgramos (millonésimas de gramo), o de 500 a mil 600 microgramos, con una duración de sus efectos de entre 12 y 24 horas, con un tiempo de recuperación mental” de unas 36 horas, puede llegar a costar en promedio 250 dólares o 174 euros.

Con 50 miligramos de esta substancia podrían elaborarse entre 500 y mil dosis. “En el caso de la Bromo-Dragonfly, valdría con respirar cerca de la sustancia para tomar una dosis más que efectiva y alucinar por varias horas con colores y formas nunca descritas”, dijo Rafael, quien aseguró conocer los efectos de esta droga.

Doña Keta

Conocida en el mercado ilegal de las drogas sintéticas como Doña Keta, Keka o Special K, la ketamina es una de las sustancias más utilizadas en estos momentos por adolescentes y jóvenes en el Distrito Federal, de acuerdo con estudios realizados por el propio IAPA.

“En México hay mucho usuario de ketamina, sobre todo en la capital. Es un anestésico general que se utiliza generalmente en veterinaria, pero también para anestesia humana, se puede inhalar, inyectar de manera intramuscular, intravenosa, subcutánea; la secan y la inhalan, incluso se han detectado casos en que su aplicación es vía rectal”, comentó Marcela López.

Las consecuencias de la ketamina, detalló la titular del IAPA, son prolongadas. “Su efecto principal son las alucinaciones visuales, son generalmente geométricas, caleidoscópicas, de colores intensos. Las reacciones adversas son terribles”, confirmó la funcionaria.

Hay otras drogas de diseño que están teniendo éxito entre los jóvenes como la K2, Spice o mariguana sintética, drogas en las que a un producto natural le cambian algunos elementos químicos que permitan que ya no sea la que está registrada.

“Es el caso de la K2, que se ha detectado en aromatizantes o inciensos; no es la misma molécula de la mariguana, pero sí estimula los mismos receptores.”

Tendencia

La estadística nacional, expuso Marcela López Cabrera, marca que el Distrito Federal ocupa el séptimo lugar a nivel nacional en el consumo de sustancias ilegales.

Los usuarios de este tipo de drogas son jóvenes de entre 20 y 30 años, definió López Cabrera, además de que la tendencia de uso es retro: se está volviendo a los años sesenta a través de sustancias químicas para experimentar alucinaciones y descubrir nuevos colores.

“Ya el uso de metanfetaminas, aunque va incrementándose, se presenta en edades mayores: ya no son los chiquitos, ya estamos hablando de adolescentes y adultos jóvenes, hablamos de 18 a 24 o 25 años.”

Las actuales nuevas drogas, expuso la funcionaria, están basadas en la serotonina que produce alucinaciones. “Ése es el gusto del usuario hoy: alucinar”.

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