Amistad, divino tesoro

Todos los seres humanos tenemos la necesidad de pertenecer, y la familia es el primer núcleo en el que sentimos esa sensación de arraigo. Sin embargo, hacer amigos nos permite sobrellevar la adolescencia y el resto de nuestras vidas.

En el mundo espiritual, se cree que los hijos escogemos a los padres, porque ellos representan el patrón que venimos a superar.

Junto con nuestros hermanos, aprendemos a vivir en una dinámica de relaciones que depende de si soy el mayor, el sándwich o el más pequeño de la familia, el rol cambia dentro de ella.

Aprendemos a desarrollar habilidades sociales que luego perfeccionamos en la escuela con los amigos y nos damos cuenta que es un tipo de relación diferente, en donde tengo toda la libertad de escoger ante un sinfín de posibilidades (el bien portado, el relajiento, el nerd, el travieso, el divertido, etc) y poco a poco nos relacionamos correctamente, reconociendo afinidades.

El sentido del humor es de las primeras cosas que nos atraen. Piensa en esto: tus mejores amigos y tú comparten un sentido del humor  similar. Vivimos intensamente experiencias en la juventud que nos hermanan con nuestros amigos; son una parte nuestra muy íntima y enriquecedora.

Es importante seguir fomentando estas relaciones  aun cuando ya trabajamos o empezamos a tener familia, pues estás relaciones no son excluyentes, sino más bien se trata de sumar. Son gente muy valiosa que nos ha acompañado en vivencias únicas y que seguirán a nuestro lado.

¿Sigues manteniendo contacto con tus cuates de la escuela? ¿Sigues llevándote con los de la universidad? ¿Has hecho amigos en la escuela de tus hijos?

Todas estas relaciones te alimentan y ayudan a crecer. Búscalos, recupéralos, ahora con las redes sociales es muy fácil y, si no los tienes, hazte nuevamente de un buen grupo de nuevos amigos con los que compartas, te relajes, rías y recargues tu energía para seguir andando.

Un buen amigo es un tesoro que hay que aquilatar. Seguro tú también lo eres para alguien más. Regálate un tiempo, tómate un café o simplemente habla con ellos por teléfono, verás el bien que te hace y lo necesario que es. Te quiere, Martha Sánchez Navarro.

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