Esto es lo que NO debes dejar de hacer al convertirte en madre

Felicidad, dolor, cansancio, irritabilidad, nervios, miedo, llanto… y quizás otras miles emociones me invadieron, una tras otra, en los primeros meses tras convertirme en madre. No tenía fuerza ni humor siquiera para bañarme, lo único que deseaba era no regarla con mi bebé y poder dormir un par de horas más.

No me gustaba que llegaran las visitas para conocer a mi hijo, pues eso implicaba tener que arreglarme. Mi esposo se molestaba cuando volvía del trabajo y me veía con pijama, enormes ojeras y a mi hijo en brazos.

Me enfoqué en absoluto en el bebé. Verlo me daba dicha; sin embargo, no comprendía la razón por la que no me sentía plena. Después de unos meses de sentirme extraña, decidí buscar ayuda profesional, seguí una terapia y poco a poco retomé las actividades que me gustaban. El resultado fue sorprendente: no solo disfruté más de la maternidad, sino que me recuperé a mí misma.

Te comparto mi experiencia para que tomes nota de lo que NO debes dejar de hacer al convertirte en madre:

  Arreglarte

Sí, tal vez el embarazo te dejó con unos cuantos kilos extra y tu ropa ya no te queda del todo bien, pero esto no justifica que no te arregles. Al menos maquíllate y péinate un poco. Te sentirás mejor al mirarte al espejo y esto elevará tu autoestima y te pondrá de mejor humor.

  Tiempo para ti

Un hijo es muy demandante, sobre todo los primeros meses de vida. Busca ayuda para que cuiden a tu hijo mientras tú te relajas, sales con tus amigas, ves tu serie favorita, lees un libro, corres…  En fin, no te olvides de ti.

  Disfrutar a la pareja

Si tienes pareja, no se vale que las citas y los "arrumacos" queden en segundo plano. Sí, son padres, pero al mismo tiempo son pareja y compañeros de vida. Busquen sus “escapadas de novios” y no dejen de alimentar su relación.

    Hacer ejercicio

Si no te convence la idea de dejar a tu hijo al cuidado de alguien más para ir a entrenar, puedes buscar clases de yoga, natación u otras nuevas tendencias fitness en las que puedes ejercitarte junto a tu bebé. ¡No más pretextos!

Ser madre es un regalo. Gózalo al máximo, pero sin descuidar de ti. ¡Sí se puede!