Manías detonan el trastorno bipolar

Manías como ataques de risa excesiva y de euforia desmedida sin razón, hiperactividad motora, pérdida de sueño, cuadros de irritabilidad y periodos de depresión sin ninguna causa, son los principales síntomas del trastorno bipolar, problema psiquiátrico que se puede presentar desde los 15 años de edad, aunque su mayor incidencia se ubica entre los 25 y 35 años. Afecta más a los hombres en proporción de dos a uno.

Aunque se desconoce la causa se le ha relacionado con una tendencia hereditaria, pero no es determinante. Lo único que se sabe es que existen alteraciones en ciertos neurotransmisores que producen estos cambios de conductas.

Los expertos mencionan que antes este mal se conocía como psicosis maniaco depresiva y siempre ha existido; sin embargo, en los últimos años ha tomado mayor importancia, no porque se haya incrementado, sino porque se le ha dado mayor difusión a este problema mental, además de que algunos afectados son figuras públicas o del medio artístico.

Son los familiares y amigos quienes en la convivencia diaria detectan que algo raro pasa en la conducta de la persona, la cual aparentemente está bien pero con el tiempo y de forma paulatina, en la adolescencia, empieza a tener cambios en su forma de ser como estar muy alegre, entusiasmado, eufórico, dinámico e incansable, irritable o peleonero, conductas cada vez más desmedidas que al cabo de una semana salen de contexto y se convierten en algo anormal.

Quien sufre este trastorno mental no se da cuenta de los cambios de conducta, debido a que piensa que es normal sentirse tan alegre y cambiar su estado de ánimo por cuadros depresivos, los cuales llegan a ser tan graves, que puede tener ideas delirantes, tendencias a la hostilidad y agresión verbal o física e inclusive deseos de quitarse la vida.

Este padecimiento se le conoce como bipolar porque inicia con periodos de manía (excesiva alegría y euforia sin motivo); después de dos o cuatro semanas se presenta un proceso de depresión y luego de meses un estado de ánimo normal.

La persona puede estar varios años sin presentar ninguna alteración en su personalidad, debido a que después del primer episodio (de manía o depresión), es posible que pasen hasta más de cuatro años para que ocurra un segundo evento, pero el tiempo entre ellos se irá acortando hasta que ocurra incluso una vez al año, si no lleva un tratamiento.

Los medicamentos prescritos ayudan a estabilizar los neurotransmisores y el estado de ánimo del paciente. Son administrados por vía oral en muchos de los casos. Además, algunos pacientes requieren terapias psicológicas, y en la mayoría de los casos en cuanto salen de la fase aguda de manía y depresión con un buen control médico llevan una vida social y familiar normal.

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