Lo que debes saber del cáncer de cerebro

El National Cancer Institute de Estados Unidos calcula que cada año se diagnostican aproximadamente 238 mil nuevos casos de tumores cerebrales en el mundo.

Aunque este padecimiento no es frecuente en México, cinco de cada 10 pacientes con algún cáncer primario en pulmón, próstata, ovario, gastrointestinal o de mama experimentarán la migración del tumor (metástasis) hacia el cerebro, de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 2011.

Las consecuencias de un tumor cerebral son generalmente mortales, pero en todos los casos los médicos buscan que los pacientes alarguen su esperanza de vida y a mejoran su calidad de vida.

  Síntomas

Julián R. Molina, médico oncólogo de Mayo Clinic, afirma que las señales de cáncer en el cerebro son los llamados síntomas neurológicos, entre ellos los más comunes están los dolores de cabeza, convulsiones sin una explicación clara, parálisis facial y debilidad en brazos o piernas.

La mayoría de los casos de un tumor cerebral se debe a que los pacientes han desarrollado cáncer en otra parte del cuerpo como en el pulmón, en el riñón, mama o por un melanoma que se disemina en el cerebro, asegura Julián R. Molina.

Pero los tumores cerebrales primarios se inician en el cerebro, principalmente entre personas jóvenes y en adultos de más de 60 años de edad. En el caso de los jóvenes el pronóstico es bueno, ya que la mayoría se pueden curar con tratamientos como cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de los tres.

Los cánceres de cerebro primario en adultos hay dos tipos, unos crecen muy lentos o de bajo grado se hace cirugía y se sigue observando al paciente y tiene riesgo de que el tumor aparezca cinco o siete años después.

Hay otros tumores más agresivos o de alto grado que requiere de operación inmediata combinado con tratamiento de quimioterapia y radioterapia por seis semanas.

La probabilidad de que el tumor vuelva aparecer depende de cada paciente, en algunos casos es de 50% y para otros las probabilidades son más bajas. Esto depende de su composición genética.

Un tumor o un cáncer maligno se origina porque las células del cuerpo comienzan a crecer sin ningún control debido a que nos exponemos a sustancias del medio ambiente, radiaciones y a otros factores ambientales que dañan nuestro DNA.

  Causas

Hay tumores que se suceden por un factor genético en la familia que los predispone a desarrollar cáncer, aunque representa un porcentaje muy bajo. Por ejemplo, en caso del cáncer de mama, solo una de cada 100 tiene una historia familiar.

Las personas que se exponen a más factores de riesgo, como las cámaras de bronceado que son un factor de riesgo muy alto para desarrollar cáncer de piel por la radiación que recibe.

El tabaquismo es otra causa porque tiene más de 70 diferentes químicos que pueden producir cáncer. Los virus e infecciones en el estómago que puede llevar a cáncer gástrico.

  Nuevos estudios

El doctor Julián R. Molina afirma que actualmente hacen estudios genéticos a los tumores para entender mejor su composición y tratan de ver qué genes están mutando o son anormales.

Al estudiar qué es lo que pasa con esos genes dañados pretenden suprimir la función que está provocando que las células crezcan más rápidamente y evitar que se sigan reproduciendo sin control.

  Calidad de vida

La calidad de vida de un paciente depende del tratamiento y qué tan diseminado tiene el cáncer, afirma el médico Julián R. Molina.

Si el tratamiento es quimioterapia se producen efectos colaterales como náuseas, vómito, disminución de glóbulos blancos y rojos que afectan la estabilidad del paciente, por lo que no tienen la misma energía que tenía antes del tratamiento.

Lo que se busca actualmente son tratamientos que disminuyan los efectos colaterales y que le ayuden al paciente una mejor calidad de vida, lo cual implica que realice actividades que disfrute y alimentarse con las comidas que más le gusten y no interfieran con la dieta médica.

Julián R. Molina afirma que lo que buscan es tratar que el paciente pueda seguir su vida lo más normal posible.

Para prevenir este padecimiento es importante cuidarse al mantener un peso ideal ya que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer; realizar actividad física al menos cinco días de la semana y llevar una dieta balanceada que incluya frutas y verduras, recomienda el médico oncólogo Julián R. Molina