Adiós a la dentadura

Hay personas que siguen pensando que perder los dientes es una etapa natural del envejecimiento. Esto es una gran mentira. El cuidado e higiene bucal en personas mayores es, en efecto, más delicado que en cualquier otra fase de la vida y debe realizarse regularmente para prevenir enfermedades dolorosas, pérdida de piezas dentales y masticación inadecuada.

Si la persona mayor ha seguido hábitos correctos durante toda la vida, habrá más posibilidades de disfrutar de una dentadura fuerte y sana por el resto de sus días. Pero si no ha sido así, y el paso del tiempo ha hecho estragos en sus dientes, puede que necesite el auxilio de instrumentos especiales para reforzar o reemplazar dientes que han sufrido daño o se han perdido.

No hay porque preocuparse, hoy en día, la tecnología ofrece distintos avances que se alejan de las rudimentarias dentaduras postizas.

4 recursos más empleados

1. Corona o funda, cubre por completo una pieza dental dañada con la finalidad de protegerla y evitar que se fracture y puede fabricarse con material de apariencia similar a la de un diente natural
2. Puentes, reemplazan una o más piezas faltantes, dan una mejor apariencia y ayudan a masticar mejor
3. Dentadura postiza, puede cubrir parcial o completamente la encía y es removible gracias a los novedosos adhesivos que existen en el mercado. Se fabrica con resina acrílica, aunque en ocasiones incluye partes de metal
4. Implantes, son pequeñas piezas de titanio que se fijan al maxilar inferior o superior y sirven como soporte para dientes artificiales. Permiten la colocación de una o más piezas y es la opción más efectiva así como la más cara. Los implantes ofrecen numerosas ventajas, por ejemplo, se acercan mejor a la sensación que brindan los dientes naturales, facilitan la masticación adecuada lo que ayuda a mejorar la alimentación, el habla y, desde luego, la apariencia. Los implantes están hechos con materiales biológicamente compatibles como el titanio. Sin embargo, no todas las personas son candidatas ideales para un implante ya que supone una intervención quirúrgica: el paciente debe estar sano y con un buen proceso de cicatrización. Hábitos como fumar y beber puede afectar al éxito de un implante por lo que es indispensable que se haga un diagnóstico personal de cada candidato.